martes, 6 de abril de 2010
Prestigio por 40 coronas danesas.
Una sonrisa bonita, un tono de voz agradable, el ingenio o un fisico importante pueden darte una serie e ventajas a la hora de entablar relaciones en el ambito laboral, en el gimnasio o entre nuevos amigos. Pero lo que siempre te confiere un cierto prestigio es la correcta ejecución de una tortilla de patatas. Mi primera tortilla de patatas data del 2007 cuando estuve en EEUU de estancia, no habia vuelto a hacer una hasta que no llegué a Dinamarca el pasado año y segui sin intentarlo desde que me fui de aquí. En el último mes he recurrido a la tortilla de patatas en varias ocasiones. Con cebolla, con cebolla y pimientos o de champiñones, siempre ha cumplido como catalizador de relaciones sociales, las mias y las de Cristina, mi Luis Moya en la Cocina. La dificultad es poca y el beneficio de satisfacer las bocas hambrientas de platos exóticos e intercambio cultural, mucho.
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