Copenague Cris y yo vamos en el autobús hacia Australiensvej 9, donde vivo para hacernos la cena. Sentadas nos vamos relatando historias la una a la otra, cuando tras su hombro, surge una cabeza de mujer, con la piel finísima blanca, gafas de raton de biblioteca y media sonrisa. Nos pregunta en castellano penínsular, no sabría decir de donde solo que no era del sur, si eramos españolas. Alegre de encontrar una española con gana de hablar en un sitio donde la gente no puede sonreir en invierno por que los musculos se les congelan y en verano por que ya o se acuerdan de cómo se hacia, le respondo que si. Cada una identifica la ciudad de la que procede y ella nos pregunta que que hacemos. -Una estancia de nuestros estudios de doctorado ¿ Y tu?. -He venido a hacer La Obra, soy misionera -¿ que misión haces en Dinamarca? Esta gente no lo parece necesitar. Pregunta Cristina. -Si que necesitan ¿no les ves con esa cara?. En ese momento baja la voz a la vez que la cabeza, mucho, como el que va a revelar un secrfeto y susurra: - Ademas…son protestantes. Y levanta la cabeza, mirándonos fiamente y arqueando las cejas a la vez que aprieta los labios.
Moraleja: la gente esta mu mal… de verdad.
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