Ayer no me fui de fiesta con la comuna italiana a despedir a la pobre Cristina, una estudiante que huye en busca de un supervisor que la supervise. En lugar de eso, he tenido otra clase de fiesta este fin de semana. He ido a la Iglesia Baptista Internacional en Copenague, con Liang, Yang y Susse. He ido pocas veces en mi vida a ritos cristianos y en comparacion con mi entorno a muy pocos si tenemos en cuenta que vivo en España normalmente, un sitio de tradición católica. Mi madre es cristiana y mi padre es musulman, pero ninguno e los dos en exceso practicantes o nada practicantes, diria yo. Así que en mi vida pocas veces penetré una iglesia, la mayoria de las cuales fue para ver a Gerardo, "mi primo el cura" en bodas, bautizos y pronto comuniones.
Al cruzar el umbral debemos haber traspasado alguna puerta dimensional, porque ya no parecia, no más, aquello Dinamarca. Parecian EEUU, un coro iba regalando la historia de Jesus dirigido por un hombre de mediana edad, bastante alto, carismatico, de origen Danes pero de acento americano. El padre, casado con una americana que cantaba en el coro, dirigia la ceremonia con desparpajo y soltura. A la altura de los mejores showmans. Y los asistentes parecian atentos.
12 canciones sobe el amor al Señor, un coro gigante, pasajes de la biblia y acustica Pioneer, el caso es que me lo he pasado bien en el karaoke espiritual y estaba más que entretenida cantando.
La iglesia es una fiesta.
Luego hemos ido al chino con dos chinos, Liang Yang Y Yang Yang, su mujer, ahora el nombre es un poco confuso. La salsa agridulce es una gran mentira, no estaba en ninguna parte, habia salsa de soja eso si. La comida era deliciosa y sorprendente, Un sticky rice, cocinado al vapor dentro de hojas verdes gigantes pertenecientes a la vegetación lacustre, al cocinarse así toma el sabor de las hojas y la carne. Unas bolas como las que come Doraemon que se llaman algo como Prawl, no se como se escribe, estaban dulces y rellenas de un pure de judias pintas, parece ser que la gente las come para desayunar. Carnes diferentes cocinadas al vapor, aveces acompañadas de pasta en la que van cubiertas , cortada siempre en pequeñas piezas y por fin una cosa que me sonaba, tallarines fritos, parecidos a los de los restaurantes chinos. Lo único parecido. Para beber la tradicion impone te verde o vino de arroz, que parece ser que da dolor de cabeza, nada de agua sola, posiblemente costumbre para preservar el agua de contaminaciones y al individuo de infecciones.
Susse sigue creyendo y yo sigo sin.
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